Si desean ver como un pueblo vive realmente, vayan a la plaza, directos al estómago de la ciudad y huelan, toquen y sientan en el paladar la comida cotidiana que encontrarán en la mesa de las familias.
El sabor de los calabacines de la Župa dubrovačka, los repollos de Konavale, las plantas aromáticas de la costa norte de Dubrovnik, las berenjenas y los tomates de las huertas de la zona son irresistibles hasta para los mejores chefs de la ciudad en cuyos restaurantes se preparan platos de cocina internacional. Con las hortalizas de huertas ecológicas, tal y como son los alrededores de Dubrovnik, se cocina la gastronomía de la zona.
Las delicias de Dubrovnik son simples, sin muchos aditivos, preparadas de una manera sencilla, con aceite de oliva que da ese sabor de las delicias de la naturaleza.
La oferta gastronómica de los restaurantes de Dubrovnik es ordinaria pero variada, adaptada a los gustos de todos los visitantes, desde el que desea probar en una taberna la comida tradicional y popular, con un buen jamón y queso con aceite, una ensalada de pulpo, una menestra de verduras o unos šporke makarule (macarrones sucios), pescado frito o sardinas a la parrilla hasta el que desea disfrutar de los restaurantes más exclusivos, donde se sirve el pescado más fresco de las profundidades del Adriático, moluscos de un mar cristalino y demás delicias preparadas de tal manera que hasta los más exigentes gourmets quedarán satisfechos.
Dentro de la oferta gastronómica también tiene su sitio el sushi, imperativo hoy en día de la cocina occidental, o la fantástica cocina francesa, con su lugar entre la arquitectura de la ciudad o incluso un buen bistec, que podría competir con los de los restaurantes argentinos.
Para los visitantes más jóvenes y su apresurado espíritu aventurero están disponibles locales donde se sirve comida rápida o pizzerías, pequeños restaurantes locales cuyos platos y comidas son más simples.
El vino era tenido en alta estima en la República de Ragusa, vendido en tiempos como si fuese una "medicina".
La tradición del cultivo de vid y del vino se remonta a los tiempos de la República de Ragusa siendo testigo un acta de 1424 en el que se establecen los precios de las distintas categorías de vinos permitiéndose la venta del vino de malvasía de Konavle sin topes en su precio. El vino más conocido de la zona de Dubrovnik es el tinto de la península de Pelješac, de uva Plavac mali, el blanco Pošip, de la isla de Korčula, de la mencionada uva Malvasía "el néctar de los dioses" y el vino de Konavle, lleno de sabor y aromas meridionales.