A mediados del siglo XVI, la iglesia, románica en origen, y el monasterio experimentaron profundos cambios en estilo de transición gótico-renacentista. Durante el Barroco se agregaron el portal de la fachada oeste y las ventanas. Durante la República y antes de la eliminación del tributo a Constantinopla, residían en el monasterio los embajadores de Ragusa. A principios del siglo XIX, tras de la caída de la república, el monasterio fue suprimido mientras que la iglesia todavía tiene un uso litúrgico.