…tal y como se contempla hoy en día, es de 1715. Sorprende su estilo barroco veneciano. Construida por el arquitecto Marino Gropelli de Venecia desde 1706 atendiendo a la solicitud del Senado de Ragusa que quería una iglesia nueva en el lugar de la antigua iglesia románica del siglo XIV. Los primeros daños los sufrió en un terremoto y quedaría reducida a cenizas en 1706 como consecuencia de un terrible incendio.
Absolutamente todo quedó consumido por las llamas, salvándose únicamente -y de milagro- una estatua de San Blas. Después de su "exilio" de varios años en la pequeña iglesia de San Nicolás en Prijeko, regresó a su antiguo lugar en 1715. La iglesia le está dedicada. Se le añadió entonces a la estatua de Dubrovnik una inscripción que dice "todas las demás estatuas de oro, plata y cobre ardieron en las llamas, pero esta está estatua del santo, protegido milagrosamente, fue sacado intacto de las llamas". Esta estatua es una de las esculturas más importantes de Dubrovnik y en la maqueta que el santo tiene en su mano, se puede observar la arquitectura antigua de la ciudad.
En Dubrovnik se le tiene veneración a San Blas desde el siglo XX. Es el patrón de la ciudad.
Según cuentan los relatos de los cronistas de la ciudad, San Blas protegió a los habitantes en el siglo X cuando los venecianos fondearon sus naves en Gruž y frente a Lokrum. Los habitantes de la ciudad, confiados, aceptaron su historia: que deseaban aprovisionar comida y bebida para continuar hacia Levante. Aprovecharon esta oportunidad para inspeccionar el interior de la ciudad, buscando sus puntos débiles para conquistarla. Sin embargo, San Blas alertó al párroco Stojko de las intenciones de los venecianos y salvó a la ciudad de un ataque nocturno. El párroco lo describió como un viejo de largas barbas, ataviado con una mitra obispal y un bastón. Es así como se le representa en los muros de la ciudad y en las torres.
El día de san Blas se celebra el 3 de febrero y ese día es también el Día de la Ciudad de Dubrovnik.