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Ostras frescas

Ostras de la bahía de Mali Ston.
Ostras frescas

La fama de las propiedades afrodisíacas de las ostras se remonta tiempo atrás, cuando en los banquetes celebrados en Dubrovnik la nobleza de la República de Ragusa las degustaba con fervor. La leyenda de las propiedades mágicas de estos moluscos también era conocida por los emperadores austriacos, que las solían incluir en sus ágapes. Se trata de las ostras de la bahía de Mali Ston, la zona de la región de Dubrovnik donde se crían marisco en las aguas más limpias y claras del mundo.
Las ostras están más maduras y son más sabrosas en marzo, por la festividad de San José. Según los gastrónomos, la mejor manera de servirlas es frescas, abiertas y rociadas con un poco de jugo de limón.
Frescas, abiertas y olorosas; así son las ostras que podrán degustar por San José (19 de marzo) en los restaurantes de Dubrovnik y Ston. La fiesta de la ostra es una manifestación gastronómica donde, además de las ostras y los platos basados en ellas (sopa de ostras, ostras rebozadas, ostras al horno, ostras fritas o asadas de distintas maneras), podrán disfrutar de canciones tradicionales dálmatas y buen vino. La carne de las ostras es de color gris blanquecino, compacta y suave al mismo tiempo, y desprende un agradable perfume marino.
Para su consumo, una ostra debe estar fría y ser fresca, de tamaño medio, tierna, jugosa y de buen sabor. Si se incluye en un plato caliente, las ostras pierden su sabor y olor naturales, pero éstos impregnan las sustancias organolépticas del plato y completan y ennoblecen el conjunto.
En la región de Dubrovnik, las ostras se suelen consumir frescas, vivas y en hielo como entrante frío o como aperitivo en un menú gastronómico. Como alimento frío, pueden servirse en cócteles, ensaladas, mignons y pica pica con ostras, en gelatinas de pescado, en canapés, etc.

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Knez1